26 may 2011

Más sobre el cambio


Precisamente esta mañana estaba pensando exactamente en que un cambio de metodología en las aulas es posible además de necesario. Me encuentro realizando la evaluación de diagnóstico de infantil que nuestra administración ha planteado para llevar a cabo en unos pocos centros educativos de cada provincia. La intención es sistematizar este proceso de evaluación en la etapa de infantil al igual que se ha hecho con cuarto de primaria y segundo de la ESO con el objetivo de proporcionar a la comunidad educativa unos datos que ayuden sustancialmente a ver, por un lado, los logros y aciertos de la enseñanza actual (que los hay y muchos) y, por otro, sus debilidades para poder trabajar en su mejora.

Bueno, al grano: esta muestra de la evaluación de diagnóstico de infantil está consistiendo en la realización de unas tareas puntuales que quedan enmarcadas en un escenario concreto. El escenario es una tienda de alimentación (reproducida a pequeña escala en un aula) y en esta situación los niños y niñas de 5 años tienen que ordenar por secciones los productos, preparar sus carteles publicitarios, etiquetar y poner precios y, por supuesto, desempeñar los papeles reales de un comprador y un vendedor. Hoy, después de dos días trabajando con ellos en los preparativos, hemos abierto la tienda y tocaba comprar y vender. Una sencilla actividad tan cercana a su realidad cotidiana me ha hecho ver con claridad lo que desde hace tiempo vengo escuchando en los distintos foros pedagógicos que me sitúa mi labor como asesora: la nueva forma de aprender y enseñar ha de estar basada en una aplicación del conocimiento, en que ese conocimiento sea directamente utilizable en la realidad

Un niño acude a la tienda, saluda en castellano y en inglés y el tendero le contesta, charlan de minucias del día a día mientras el cliente escoge dos productos, los pone sobre el mostrador, el vendedor hace su cuenta, le cobra y guarda los artículos en una bolsa. Se despiden de nuevo en inglés y castellano. Al salir de la tienda la maestra le pregunta: ¿qué has comprado?, ¿cuánto te has gastado?, ¿y si dejaras las galletas, qué cantidad habrías pagado?

Esta tarea de apenas cinco minutos se nos ha revelado como un gran ejercicio de evaluación en el que a través de indicadores muy concretos se han puesto de manifiesto las competencias de los chicos en cuanto a autonomía e iniciativa personal, capacidad lingüística en la lengua materna y la lengua extranjera, reconocimiento de números, contar, sumar y restar o quitar. Evaluar a través de un contexto nos ayuda a enfocar las tareas hacia una dimensión práctica y a ver capacidades del alumno que, a menudo, no quedan reflejadas en los tradicionales exámenes. La maestra hoy se sorprendía de cómo algunos niños que no destacan en las tareas académicas habituales eran, sin embargo, los compradores y vendedores más resueltos.

Quizás esta forma de evaluar dé más oportunidad a las diferentes capacidades y quizás esta pequeña muestra de evaluación sirva para reflexionar acerca de cómo enseñar mejor y de cómo aumentar la ilusión por aprender.

3 comentarios:

Lucía Sánchez dijo...

ahí andamos, compañera, intentando aportar nuestro granito de arena a tan justa causa (la del cambio metodológico, digo). ¡Cómo mola la tienda!

MARÍA JESÚS dijo...

Es genial, Almudena. Me encanta la gente con grandes ideas y ganas de llevar a cabo un cambio metodológico como dice Lucía.
Saludos :-)

Anónimo dijo...

Me gusta leer tu comentario, primero porque queda claro y sobre todo porque tú ves y transmites la necesidad de implementar el aprendizaje en la realidad para que se de el conocimiento. Creo que a la maestra de infantil se le empezó a hacer la luz, me parece que ese es el camino, pero se descubre haciéndolo, ella lo ha hecho un poco obligada y se ha sorprendido gratamente.Cómo asesora me cuestiono ¿qué resorte debo mover para darle la oportunidad de ese descubrimiento?